Fue allá en las tardes de viernes de calle Arcos, después de clases, cuando nos reuníamos entorno al giradiscos de nuestro colega Tom Olmedo para escuchar vinilos cuando nació el germen de todo esto. Muchos de ellos eran de su padre, bajista de un antigua banda jerezana, Los Grillos. Por aquello entonces The Beatles y los Rolling eran la banda sonora del fin de semana aunque tengo que confesar que para mi, y aunque tenía referencias, era casi un neófito en esta clase de música. Descubrí en aquellos entonces al gran Miqui Puig liderando Los Sencillos con De placer(me encantaba “Señorita”) y me di cuenta que mas tarde o mas temprano tendría que hacerme con una Rick 330 como la que llevaba Germán. (Por cierto encontré este disco hace un año en una tienda de segunda mano de Valencia donde siempre suena Radio 3…y el reencuentro tuvo su encanto por lo que era y por donde era.)
Esas tardes olían distintas…a veces a nostalgia sesentera-setentera, y a veces a Corinto, porque viviendo en Jerez los ramarazos flamencos tienen que brotar si o si, y Luis de la Pica se hacia presenta “de cuando en cuando” .
Era la habitación de los descubrimientos y poco a poco fueron apareciendo gente de la escena desde Australian Blonde a El Inquilino Comunista pasando por Maddening Flames, pero lo más importante , con la música éramos felices.
Primeros atisbos de montar una banda con guitarras españolas y una acústica que nos dejaban un trabajador de la floristería del padre de Tom, Flores Pepín, la flor de su jardín. Esta dependencia estaba “sembra” y en poco tiempo note que había allí un pseudolenguaje que solo conocíamos los que frecuentábamos las instalaciones. Volviendo a la acústica era Antonio Buzón, el que nos prestaba o la “cogíamos prestada” una Maison de Caoba, una dreadnought mas dura que un palo(aunque me quejo con todo) pero que era lo mas en aquellos entonces. Me gustaría volver a tentarla, ya que fue la primera acústica que probé. Empezaba aquí la modesta historia que llega hasta hoy…
To be continued